martes, 16 de diciembre de 2014

Ya se termina el año.
Ya llega fin de año.
El año.
EL año.


¿Qué es lo que es un año si no es nada del más allá más que un conjunto de días que, dada la casualidad, son 365 días (o en la pura y más casual de las casualidades -cada cuatro años-, 366 días); que nos define, nos da una unidad de tiempo que nos hace creer que es todo muy borrón y cuenta nueva, muy hasta acá llegué, muy lo que no llegué lo haré el próximo año, muy "nos vemos el año que viene" faltando dos días para que eso suceda?

Un año es eso y nada más que eso. Una cantidad resoluta de días que definen que eso sí es un año, eso no es un año sino un año y medio, y así. 365 (366 con un poco de suerte) días en los cuales decidimos que hacer ese año, hacemos lo que tenemos que hacer, dejamos de hacer todas esas cosas, y colorín colorado, dar vuelta la página, se acerca el 31, llegan las 12 y........

Acá estamos nuevamente. ¿Cambio algo?



No, no demasiado, por ahí está un poco más fresco, corre el viento, se escucha la pirotecnia, pero no cambiamos.

Estos "años", unidad de tiempo que le da un poco más de sentido a la vida, siempre tan necesario, nos definen, Todo se cuenta en años, todo. En qué año fue... Hace cuántos años estás... Cuántos años duró... Años, años y más años. La vida se nos va en años.

Cada vez pasan más rápido y todo se vuelve cada vez más vertiginoso y turbulento al final de cada uno. Vienen los populares "a mí se me pasó RAPIDÍSIMO esta parte del año" (sí, como a todos) y "ya es diciembre, no falta nada para fin de año, se me pasó volando" (nuevamente, todos). Y así es como logramos darle algo de consistencia a los años, hagamos algo o nada, hagamos lo que hagamos algo es algo, para así cuando termina el año lograr decir "Este xxxx hice x cosa" ("¡Wow! Qué bien por vos, me alegro"). 


Innecesario, de más está decir, la desaprobación palpable en el ambiente cuando alguien no llega a cumplir los objetivos que se dispuso para ese año. ¿Para qué está el año siguiente si no es para eso? Para continuar el proceso de esto que se llama vida, que nunca para porque sea 31/12 del año que sea, ni porque toquen las 12:00 hs. de la noche, ni porque hagamos la cuenta regresiva hasta el "¡Feliz año nuevo!" Y nos abrazamos todos, y nos damos besos, y "ya se terminó el año y llegó el xxxx" y "qué rico el pan dulce". 


No, el año sí terminó pero la vida nunca paró, el planeta no dejó de girar y nunca gritamos STOP. Todo sigue igual, sigue girando, sigue moviéndose, y ese algo que hicimos va a seguir ahí del otro lado de la página del calendario; y ese algo que no hicimos también seguirá ahí.
Pero después de todo, algo hicimos. Además 365/6 días son muchos como para no hacer absolutamente nada... El tiempo pasa y sigue pasando, y la vida es viva y vivida.

lunes, 1 de diciembre de 2014



No sé cuál es el camino, para dónde ir, para dónde voy. Estoy como bola sin manija.
Quiero que todo termine, desaparezca y poder tener un poco de paz.
Harrrrrrrrrta. Rrrrrrrrevuelta. Demenciallllll.
Quiero derramar miles de lágrimas para sanarlo todo. Para cicatrizar la idea.
Puede sonar un poco loco, un poco exagerado. Un poco mucho. Pero nada de lo que pueda pensar ahora me cura. Nada me calma, ni la idea de un mañana tranquilo, ni nada.
¿Ya nada tiene sentido? ¿Qué es lo que hay más allá?
Pareciera como si estuviese corriendo atrás de un número y nunca fui así.
Basta.
5 letras, ¿estoy maldita?



Mirame y decime que no, que todo va a estar bien, que nada va a cambiar, que todo es pasajero pero siempre nos reencontramos, como debe ser.
Decime que es así, que es verdad, que me queres y que me extrañas, que soy buena y que puedo llegar. Decime la verdad. 
Dame fuerzas, coraje y yo te devolveré todo con la misma intensidad. Dame cariño, amor. Sin eso colapso, sin vos me apago.
Te extraño, ayudame a superarlo. Porque cada paso que doy me desequilibra, me tambaleo cada vez más y estoy próxima al colapso.
Ya no se qué es lo que me falta, qué hacer, qué dejar de hacer, es escalofriante, es estresante, es agobiante.









Ayudame porque ya no sé que hacer conmigo. Me estoy librando las peores batallas conmigo misma y estoy perdiendo. Me están diezmando día a día y me estoy quedando con las manos vacías.



miércoles, 22 de octubre de 2014




J'aime le ciel, un rayon du soleil. J'aime le doux vent qui mèlange tout, comme si après une seconde tout change et commence de nouveau, une autre fois. J'aime la chaleur et je le sens comme si c'étaite la dernière fois que je le sentirai. J'aime ma familie et j'adore mes amis comme part de moi-même; ma familie. Je les aime peut-être un peu plus ou un peu moins de temps en temps, je peux changer mais l'emotion reste, l'essenciel reste toujours n'importe quoi. Je suis comme le vent qui coups et change les choses à son avis mais qui conserve son âme, et l'âme de ce qu'il mèlange.






J'aime la pluie, les larmes du ciel. J'aime la pluie parce que quand on reconnaît le mauvais, et la peur, on connaît le merveilleuse, et le fantastique. J'aime la beauté mais j'aime aussi les différences que nous donne une identité à chacun. J'aime le débat et la controversie parce que ca nous donne des émotions vivantes dans nous-memês. J'aime rire mais aussi pleurer. J'adore voir comment je (et nous toutes) change l'un à l'autre état. J'aime vivre la vie, et j'aime voir les autres sourires.









J'aime rire avec toi à perdre la raison, j'aime te faire sourir. Cependant, je déteste te regarder triste avec les larmes du ciel sur ton visage, et je souhaite que la pluie, malgré sa beauté, n'existe jamais pour que tes yeux soient vivants une autre fois.









domingo, 19 de octubre de 2014





Yo era aquella niña que se desvelaba leyendo novelas, cuentos y moepas.
Yo era esa pequeña que corría su horario habitual porque de pronto encontró un libro que la atrapó tan fuertemente que se dejó llevar y se olvidó de todo lo demás.
Yo era esta muchacha que se decidía a ir a por todo con un libro, sin soltarlo hasta que este le revelara todos los secretos que él escondía.
Yo era una señorita que se disponía a no dar el brazo a torcer por más voluminoso que el libro fuera, perseverante hasta el fin, para lograr su cometido y leerse hasta los pies de página.
Yo era.








Yo sigo siendo esa mujer. Hoy me desvelo pensando, leyendo, meditando, discutiendo conmigo misma, en los debates más insólitos.
Yo me aferro a eso que tengo adherido a mí misma. Me atrapa la trama, el protagonista; bueno, co-protagonista, ¿no?
No puedo despegarme de eso que me compone, me integra. Es que hay tantas cosas que sé, pero a la vez no sé nada.
Una caricia, un abrazo no me bastan, es como si ya no fuera suficiente trasnochar con un libro de compañero porque al fin y al cabo no es sólo al libro al que quiero ahí conmigo. Porque en el medio de la lectura me doy cuenta que sueño despierta. Y que cuando me despierto, quiero al personaje que protagoniza ese libro a mi lado.






Lo más irónico de todo es que cada día más te pareces a él. No sé si es un espejismo o si es verdad. 




Pero de todas maneras me engatusa y me atrapa tan intensamente como si lo fuera. Como si ese libro fuese mi realidad, como si todos esos libros a los que dediqué tantas noches de desvelo confortable y cálido, de resguardo se volvieran contra mí y me dieran una cucharada de mi propia medicina; diciendo: 


-¿Así que nos leías a las 3 a.m. hasta terminarnos? Bueno, ahora no pegues un ojo en toda la noche pensando en Mr. Darcy, en Cortazar, en Borges, en Hemingway, en Fitzgerald, en T.S. Elliot, en Olivera y Travers, en Greene, etc. Con que vos eras la que no quería dormir...-

Autores y protagonistas en un gran paro mental dentro de mí, con un gran cartel rojo con letras blancas gritándome STOP.

Y cada vez la noche avanza hacia lo más profundo; ya viene siendo la hora de dar por terminada la lectura del libro y dejar un poco en paz el papeleo mental.

miércoles, 24 de septiembre de 2014




Mi cabeza no para de dar vueltas. Estoy caminando, deambulando, reptando.
Estoy deslizándome por las nubes con una brújula que no señala al norte, con un mapa invertido, sin celular ni GPS.
El sentido de la aventura me invade, pero me genera incertidumbre. 
Sobrevuelo, observo y la realidad es que nada comprendo.

Si fuese tan sencillo y simple como una cuenta, como un poema, como respirar...
Pero no es fácil resolver una cuenta, escribir un poema, ni inhalar ni exhalar. 
Todo a mi alrededor se revuelve, cambia, gira, se contornea. Nada es tan simple como parece. 
Y sobre todas las cosas, lo que menos parece es simple.

No te entiendo, no me entiendo. No nos entiendo.
Trato de respirar pero no puedo, se me nubla la vista, me mareo, pierdo el habla, el apetito.
Poco a poco me vuelvo un poco más loca, mi corazón ya no sabe que pensar.
¿Nos estamos escapando el uno del otro? ¿Hay algo detrás de esos ojos, detrás de esa piel?

Y te sentí, yo sé que te sentí. Creo que ya perdimos la inocencia mutua.
Porque amoldé mi cuerpo con tu cuerpo. Amoldaste tu cuerpo con el mío. 
Tu mente con mi mente, mi mente con tu mente.
Amoldamos la respiración, los latidos del corazón.

Cada día que pasa entiendo menos, me debilito, me auto-boicoteo.
Tengo un gran papeleo mental que cada vez crece más y más.
Me quema tanto por dentro que no paro de avanzar; pero en realidad sigo en el mismo sitio, en el punto cero.
Si tan sólo pudiera saber qué es lo que te pasa por la cabeza, quizás ahí sí.

Entendería qué pretende usted de mí.
Vería las intenciones ocultas detrás de todo. O no vería nada.
Lloraría de felicidad. O de tristeza. De desesperanza, o de pasión.
Dejaría de caminar y correría hasta llegar, sin importar la distancia. O me congelaría eternamente.

Pero no. No sé qué pensás y no te pregunto porque tengo miedo.
Tengo la fobia de la regla de la cadena, me asusto y enloquezco.
Tengo miedo, me asusto, me enloquezco, callo.
Dentro de esta fachada me encierro para evitar la caída libre.

La realidad es que yo no soy por quién te desvelas por las noches.
Yo sé que estoy ahí, siempre estoy ahí pensando
te. Nunca fui y siempre estuve. Fui y nunca regresé.
Y me quiebro, me resquebrajo porque veo claramente que no soy yo la que está ahí

presente. Quizás pensás que no pienso nada de esto.
Es posible que ni pienses así, como lo que yo pienso.
Pero si lo pensás, te pido a gritos la verdad.
Porque yo no soy tan fuerte como parezco.

domingo, 31 de agosto de 2014


"La vida cabe en un clic
en un abrir y cerrar 
en cualquier copo de avena
Se trata de distinguir
lo que vale de lo que no vale la pena
Y a mí me vale con que me des
poco más que nada
A mí me basta con una de tus miradas
(Pensando, estaba pensando
Por la ventana de aquel bar
mirando a la gente afuera
ir y venir
y juraría que te vi...)"


sábado, 30 de agosto de 2014





En el plano de las actitudes, puedo decir que todo es demasiado confuso, cambiante, verborrágico, disparatado. Entonces puedo pensar en el plano de las emociones, y lo que se genera. 


Lo que me genera. Es incomparable.

Y aunque puedo afirmar que esto de olvidarte, u olvidar olvidarte en cierto punto, podría llegar a estar funcionando, solo hace falta un saludo, una señal, una huella tuya para que vuelva al punto 0. Y tener que recomenzar todo desde el inicio nuevamente, y desde luego ya gané un poco de práctica por lo menos.






Es que al fin y al cabo es eso. Porque con vos tengo todo aunque no tenga nada. Con vos acaricio lo eterno sin tener que pisar el cielo. Aunque esté perdida te encuentro. Con vos nunca hay remordimientos ni lamentos. Con vos hay emoción.

Pero con vos hay angustia, dolor e indecisión. Hay miedo, locura, confusión. Pero hay confianza y no hay pudor. Imprecisión. Porque con vos nunca se sabe aunque se sepa. Con vos hay lomos de burro y grietas que se hacen baches, no puedo confiar en que sé el camino como la palma de mi mano. Es que al cabo y al fin es eso.

Creo que me está gustando más la trama que el desenlace.




"Dos paseantes distraídos
han conseguido que el reloj de arena
de la pena para, que se despedace
y así seguir el rumbo que el viento trace.

Ir y venir, seguir y guiar, dar y tener, entrar y salir de fase,
amar la trama más que el desenlace, (x3)
Por ahí como en un film de Éric Rommer,
sin esperar que algo pase,
amar la trama más que el desenlace. (x2)"

¿A dónde vamos?








No sé, paremos de zigzaguear, dar vueltas sin sentido, me estoy mareando.






jueves, 24 de julio de 2014


I see fire,
Blood in the breeze.

And I'll hope that you'll remember me.


Dejar ir, ir y venir, ser uno con la marea.

Me harté de pensar, suponer, autopreguntarme, dudar, cuestionar, imaginar y muchos infinitivos más.

Quiero dejar de lado todo y sólo sentir. 

La briza del viento, el frío polar del invierno, la gota de lluvia que cae sobre mi pelo, los pasos ágiles sobre las hojas crujientes del otoño, el ruido de mis pies contra el asfalto, la textura de la lana de mi bufanda, de aquella oveja del sur de la Patagonia, la luz del sol.



Pero no puedo obviar el dolor, el frío en mis huesos, la adrenalina que me da el miedo, la confusión e indecisión, el pánico. La fuerza que sale de la nada y te hace reaccionar intuitivamente. Hablar, canalizar, destruir y construir, y destruir y reconstruir de la nada de nuevo. Buscar consejo, ayuda, buscar críticas. Escuchar. Oír. Pensar por qué esto es importante, por qué algo así sería importante para mi, para alguien, para cualquiera. ¿Es importante? 
Para mí lo fue.



Nada me lo quita, yo sé que fantaseé cualquier aventura, imaginé cualquier otro sueño porque nada es real, nada pudo haber sido real. Pero realmente fue así, lo fue, fue verdad y lo vivi.


And you can stay with me forever 
Or you could stay with me for now 
Tell me if I'm wrong, tell me if I'm right 
Tell me if you need a loving hand 
To help you fall asleep tonight 
Tell me if I know, tell me if I do 
Tell me how to fall in love the way you want me to



Borrón y cuenta nueva.

Ya no importa la historia, ni si fue real, ni si sé la verdad.
Sólo me importa el futuro, para construirme un mejor presente, sin obsesiones, sin (tantas) locuras, un poco de felicidad sana, con mis amistades, con mis cercanías, con mis esperanzas.

Un futuro que no arrastre al pasado, pero memorioso.
Un futuro que se escriba sin guiones ni ecuaciones.
Un futuro que no tenga cálculos ni sugestiones.
Un futuro que se desarrolle inesperadamente.

Lo que me importa es un futuro que me haga volar libremente, con alguien que sepa estar debajo para atraparme por si me caigo repentinamente. Poder soñar sin miedo a defraudarme o autosabotearme y que la realidad no me abofetee sin piedad.







jueves, 17 de julio de 2014



"Y me pregunto cada noche, mira que ironía, por qué te soñé, alguna vez"

"¿Cómo dejar de ser lo que nunca fuimos?"

"Quién pudiera..."




Yo quiero ser ese quién, mirá mi corazón. Trate mil veces de olvidarte y siempre es lo mismo. Nada cambia en mi, siempre me sumerjo en el mismo abismo.

Es imposible borrar tu recuerdo de mi memoria, pero tampoco lo quiero así. Es por eso que siempre te quiero a mi lado, pero me desordenas.



Veo cómo cambia todo a mi alrededor y cómo cambia todo en vos, y aún así quedan cosas intocables. Esos hilos en la trama que resaltan por tener algún nudo especial de aquella vez que...

Por esto quisiera que cada lágrima derramada por cada memoria se transformara en lluvia. Que se derramara en ti y te despertara, para que te dieras cuenta de todo.






Por todos esos recuerdos, esos momentos vividos que para mi lo significaron todo; y quizás para vos nada fuera de lo ordinario. 

Por eso, dejate llevar, ya está todo dicho, ya nada puede funcionar. 

Nunca voy a terminar de comprender, sólo se que es temprano todavía, y por más de lo que yo quiera, piense, imagine o fantasee; dejate llevar.






Yo sé que soy una estúpida por desperdiciar cada chance, pero no puedo hacer nada para cambiar lo que pasa. 


Trato de hacer todo, y todo resulta en nada. 





Y me siento inútil, lenta y desbordada, mientras brotan las lágrimas e inundan todo.

Inundan mis penas, mis oportunidades, mis esperanzas; y se ahogan mis principios y finales.

Mis pensamientos y construcciones y articulaciones. 

Y todo se desordena en el caos. Para variar.


Pienso en los pros y en los contras; pero nada funciona, ya no se que hacer, entonces dejo de pensar, sigo adelante. 

Pero, escuchame, ¡te pareces a la utopía vos! Hago un paso p'adelante y te me vas dos más allá. 

Y así y todo te sigo buscando sin encontrarte, te miro sin mirarte del todo porque tengo miedo que te esfumes, te escucho con el volumen al tope porque tengo nervios de perderme de algo y te olfateo como si fuera la ultima vez, para grabar tu aroma en mi mente.

Ya nada sirve, todo está igual. 
Mejor dicho, todo cambia menos esto.
Menos vos y yo.

Y...

"No todo da igual
Porque la Tierra no es la misma sin Marte
El lunes no es igual sin el martes
La vida no es la misma sin arte
Ni el cielo sin Dios
La noche nunca es noche sin luna
El baño no es igual sin espuma

El cuadro no es igual sin colores
El pasto no es el mismo sin flores
La fiesta no da igual sin licores
Ni el canto sin voz
La arena no es la misma sin pasos
El circo no da igual sin payasos
Y el tiempo me ha enseñado que yo
No soy el mismo sin vos"


PD: No tengas miedo de amar, verterás lágrimas con amor o sin él.







martes, 29 de abril de 2014

No me considero amiga de la muerte pero tampoco le tengo un odio irascible.

Año a año, día a día los que no están se hacen presentes en todo, en todos nosotros, en todas las cosas. Tienen maneras de comunicarse, considero, con los que seguimos de este lado del espejo.
Dándole tiempo al tiempo es de la única manera en que puedo entender, e incluso muy puntualmente apreciar. Lo que se nos quita vuelve a nosotros, siempre, de las maneras más inesperadas.

La muerte siempre nos rodea, nos acecha y, por ende, pasamos tanto tiempo con ella como lo pasamos con la vida. Es un status-quo que es muy frágil ante cualquier cambio en su composición, y esto se trasluce en la realidad.

En mi vida, la muerte siempre estuvo ahí. Por cuentos de terceros, o por experiencias en primera persona. En nuestras vidas, la muerte siempre está. Curioso, ¿no?
¿Cuál será el objetivo detrás de tantos malabares? ¿Tanto azar? ¿O será lógico, planeado?

Lo que quiero creer es que todo pasa por algo. Que la gente que se fue haya cumplido con sus objetivos del lado de acá. Que del lado de allá no hay violencia, ni resentimiento, ni odio. Y aún así, la muerte me genera que la odie, que odie la muerte de la gente, que odie que la muerte se lleve a la gente de acá para allá.
Pero por algo será...



Entonces lo que queda es conservar los momentos, las ideas, recordar siempre y nunca olvidar. Mantener viva la memoria de las personas queridas y amadas por nosotros, y así vivir digna y eternamente en el conocimiento. Porque detrás del olvido sólo hay muerte, yo te recuerdo. Ayer, hoy y siempre. Yo los recuerdo, recuerdo los momentos, los años, las emociones. Porque por algo habrán sucedido, algo habrán querido significar. Algo habrán hecho.

Porque detrás del olvido sólo hay muerte.

jueves, 10 de abril de 2014

¿Y si mi corazón pudiese cantar?
¿Qué diría?

Ya no se ni que sentir,
No se que pensar,
¿Dejarlo ser?

La infinidad lo invade todo,
Como el oxígeno puro,
Me marea, me desordena,
Me está cambiando, quema.

Calma, la plenitud pacifica,
Rectifica-nos, rectifica-me,
A mi cuerpo, a mi alma,
Para demostrarme que soy.

No qué soy, que existo.
¿Qué existe? ¿Algo, nada?
¿Existís? Existís,
Porque me estas quemando,

Oxígeno
Estás sobrepoblando todo,
Y me amenazas con tus brazas,
¿Me entregaré?

Distancia
¿Que podría brindarte yo
Que ya no tengas en tus dominios?
Te doy mi paciencia.

Equilibrio
Dame tranquilidad,
Hacé que no me preocupe
Por lo que vaya a pasar.

Honestidad
Requiero, ¿está en stock?
No tolero más la incertidumbre,
Quiero saber.

Verdad
Te necesito pero no puedo quererte,
Es como querer atrapar el aire
Te escapas.

Huida
Quiero correr,
No volver atrás.
Dejame ser.

Tristeza
No quiero ver más tu cara,
Odiame, olvidame
Quiero ser feliz.

Momento
Nunca es el indicado.
Por eso voy a hacer de mi momento
Todos los momentos.


sábado, 5 de abril de 2014

¿Es que no queda nadie que crea en el amor?

Una mujer y un hombre


Una mujer y un hombre llevados por la vida,

una mujer y un hombre cara a cara
habitan en la noche, desbordan por sus manos,
se oyen subir libres en la sombra,
sus cabezas descansan en una bella infancia
que ellos crearon juntos, plena de sol, de la luz,
una mujer y un hombre atados por sus labios
llenan la noche lenta con toda su memoria, 
una mujer y un hombre más bellos en el otro
ocupan su lugar en la tierra.

Juan Gelman







Y acá estamos, ocupando nuestro lugar uno al lado del otro. Vamos y venimos por este mundo juntos, somos uno. ¿Nadie queda con quien disfrutar los detalles simples de la vida? ¿A nadie le importa nada? ¿Es que no queda nada que valga la pena ser vivido en compañía?







Tengo ganas de hacer nada. La lluvia cae e inexorablemente pienso en todo, y en como todo puede ser nada a la vez. Cuando pare de girar el mundo, voy a girar, gritar, bailar, nunca parar de soñar.

Voy a convertir la nada en el todo, sin perder tiempo, sin caer, sin parar. Y que eso sea suficiente. 
Dejar de estar atrapada en una metáfora y decirle basta a todo. A las malas actitudes, a los enojos; a toda esa nada, volverla un todo.
Abran los ojos, es la hora de ver.





miércoles, 12 de marzo de 2014

No tengo nada que ocultar, ya no tengo nada más para decirte. Te di mi todo en mal momento pero lo sentí envolviéndome. Rodeándome como si fuesen tus brazos, venís desde atrás y no puedo verte. Porque no estás. Porque te lo dije desde el fondo de mi ser y no supiste ver lo que pasaba en mí. La elegiste por sobre mi y me dolió, me dolía y me siguió doliendo porque yo lo sabía. Ya lo sabía. Sabía qué pasaba, de qué te beneficiabas y vanagloriabas. De mi debilidad, de mi corazón. 
No la viste caer a esa taza, que se rompe de la manera más estúpida que existe. Se rompe porque ni la miraste, supusiste que todo estaba bien cuando comenzaba a rajarse y resquebrajarse desde su interior. Y la pateaste debajo del mueble, me figuro que con muy poco interés.
Y de repente, aunque progresivamente, quizás por acción de brisas subterráneas o terremotos suaves, la taza reapareció debajo del mueble para tu regocijo, de que la creías perdida para siempre y luego la ves decepcionado. Rota.
Ya no es la misma taza, nunca más volverá a estar en tus manos y sentir tu calor. A pesar de que ella te conoce y sabe tu historia, fue sólo que no eligió un buen día.
¿Fue una cosecha tardía o una virtud fallida de una vidente? ¿Cuál era su deber ser?
Ella fue, y sigue siendo, la inoportuna, la inesperada e indiscreta taza que se rompe luego del temblor, ante el movimiento menos brusco. Pasiva,  pero mortalmente quebrantable al superarse sus capacidades fundadoras.
La taza rajada.

jueves, 20 de febrero de 2014



Me molesta no poder encontrarle una respuesta correcta a todo;
pero desde luego puedo ver que eso es así porque así debe de ser. 




Nada viene en bandeja de plata, y si fuese así para todos y todo por igual, no existirían las lágrimas, ni las enfermedades, ni el dolor. No lloraría ante los más profundos y desgarradores secretos de una confesión. 

Nada me afectaría, ni la muerte, ni una película triste, ni caerme. No me asustaría, la bruma no me ahuyentaría.

No me escaparía de vos, ni reaccionaría extrañada y dubitativa, nada me preocuparía. Ninguna sensación me alteraría, sería un ente que flota sin interrupción durante tormentas, sequías, inundaciones. Sería todo y nada a la vez.









Pero claro, no venimos en bandeja de plata. Cada uno tiene sus dimes y diretes, sus idas y vueltas a lo largo de todo el planeta. Entonces, ¿qué queda como normal? ¿Qué es ser "normal"? 


¿Hay alguien que lo sea? ¿Lo soy yo?








Generalmente no me sorprendo de mi misma, pero en estos últimos tiempos me asombraba cuánto podía no cambiar, el último año que pasó parecía que estaba estancada. Que yo misma me quería ver en el mismo lugar, siempre ahí sin cambiar nada, porque no quería que nada cambie. Quería que todo fuese igual, de que los que ya no están estuviesen ahí conmigo como siempre.

Nada puede permanecer igual. Nada. Y aún así me costó un año verlo. Asumirlo. Es que ya no soy yo. Es decir, ya no soy la que era hace más de un año. El tiempo pasó, y con él se fueron y llegaron muchas cosas, y un poco de mí voló con ellas. 







Armé mis valijas y partí hacia nuevos rumbos, de la mano de mis amigos cercanos y, también, de la mano de los que ya no están. Porque no están acá conmigo, pero yo siempre los llevo, siempre los llevaba en mi valija personal. 

Y así, me extrañé de mi misma. Haciendo cosas que por un tiempo me parecieron impensadas de mí. ¿Cómo iba yo a estar haciendo eso? Y quizás el cambio es parte de crecer, de una forma rara, única y peculiar, de ir desde lo hondo de mi ser hasta afuera, para forjar caminos hasta encontrar el propio. Y vivir.