domingo, 9 de septiembre de 2012

En un desesperado intento por hacerme notar, envuelta por el monstruo verde que se apodera de mi, fracaso. No sólo al hecho de no hablarte, no pensarte y olvidarte; sino al hecho de imaginarte, nos. Pero claro, sin éxitos porque para ti no existo; o, por lo menos, no de esa forma que tu quieres, o quisiste que exista.


Creo que la clave para una buena película, especialmente las que se transmiten por televisión, es verlas desde el comienzo. Un comienzo, que puede no ser el propio, pero puede ser un punto desde el cual uno puede retomar, comenzar una historia planteada sin necesidad de preguntarse quién es ese, qué hace ahí y quién es ella.

Quizás ese fue el problema, no me encontraste en un comienzo, me hallaste en plena trama, dramática, para variar.

Dicen que todo sucede por algo. Entonces, quizás esa trama fue para nosotros nuestro comienzo. Me pregunto si esta misma trama, a la vez de ser comienzo fue, de hecho, trama. Y, si así fue, si la trama finalizó y ya comenzó el desenlace. 


Prefiero saber, perecer en el intento del saber, pero tener esa conciencia ínfima pero necesaria para mi. 
La ignorancia y el desconocimiento son la peor falta, definitivamente.

martes, 4 de septiembre de 2012

Tantas lágrimas tuve que derramar
para darme cuenta que no valías la apena.
Voy a aprender a vivir sanamente
porque nada en el mundo me va a importar.
Lo que me hiciste no tiene perdón,
ni disculpas. Sólo tiene adiós.
Dicen que dicen que para olvidarte
se necesitan muchas cosas.
Será por eso que, por más que te eche de mi mente,
siempre encontrás tu camino de vuelta.
Hoy te voy a olvidar, voy a cerrar con llave,
para que no entres nunca más.
Para que no revuelvas las tierras de los recuerdos
de mi corazón.
Fuiste la peor persona que tuve el placer de conocer.
La más baja, y a pesar de todo, aprendí de vos, mentiroso.
Te olvido para que no me causes más daño,
sino es que está ya todo perdido.

Depende.
Depende de que esta decisión que tome
no cambie nunca en mi vida.
Soy orgullosa de mí misma y no olvido
lo que hago y digo, ni lo que hacen y dicen.
Así que decido. Cadena perpetua, te condené.
Fuera de mi. Adiós a mis pensamientos de ti.
Ya no existes, por lo menos para mi, no esperes mis perdones.
Porque no te los debo, como tu a mi. Adiós por fin, te pudo decir.


Lágrimas sobre el papel. Se diluye y aclara el pensamiento. Aflora la reflexión.





Mucha ira contenían mis palabras, furiosas, entrelazadas en mi pluma esperando la llamarada febril que despedía mi boca. Releyendo el pasado encuentro un presente, no muy pasado pero pasado al fin; en principio menos pasado que el primero.Tanta agua corrió con el flujo de río de guía, tanta arena bajó grano a grano, que día a día crezco un poco. Viendo ese pasado cara a cara, pareciera que todo fue un sueño, y quizá así fue; sin embargo, siento las palabras tan latentes, tan presentes y reales que este pasado parece un ahora. Vida, tu me has hecho más fuerte, arrepentirme no puedo, puedo dejar pasar y dejar hacer. Aprender que si no voy hacia la montaña, la montaña no vendrá hacia mí. Eventos desafortunados suceden a casa segundo, minuto, de cada día; pero lo que cuenta es como uno toma ese segundo instantáneo y lo convierte en un obstáculo que la vida envió, fallido. Este logro hará correr el agua con mayor fluidez hasta que un nuevo dique se presente y obstaculice nuevamente el camino. Tu fuiste mi dique, te quebré y seguí adelante. Ahora veo las montañas, las estrellas, los colores y veo el viento. No fuiste el primero, ni serás el último por el cual derramen agua mis ojos; pero, hasta donde he vivido y soñado, has sido el que más he lamentado. Lo pasado es pasado y es siempre, sos pasado y te recordaré como tal. Feliz, porque has sido pasado. Contenta, porque ya no eres presente. Estática, porque no eres futuro. Dichosa, porque nunca lo serás.