viernes, 21 de junio de 2013

Impulsame a soñar. 
No te voy a olvidar aunque mi último recurso 
sea imaginar. Imaginarte. Imaginarnos.
Así te veo en mis ojos. Te veo en todo, en el cielo, 
en el Sol, en la Luna.


Te veo en el movimiento. 


En las cosas más simples, 







veo tus huellas, 

 
 las veo aunque no quiera, 
aunque no deba,
aunque ya, a pesar de todos los intentos,
no me de cuenta.

¿Qué es lo que queda? Un tren vacío, pero lleno de recuerdos. Que se mueve pero a la vez está congelado por mi miedo, por mi duda constante, por una pregunta sin respuesta.


¿Qué es esto?
Y esto desencadena en una espiral infinita de cuestionamientos.
Que no para, no se detiene, y siempre vuelve a empezar.
¿Qué soy? 
¿Qué está pasando?


 Y todo esto, toda la delicadeza de las palabras, todo este entramado ceñido no se deshace porque ya nada importa. 
 Ya no me importa.


 Si es a, si es b, si es c, o cualquiera de las variables.






 Lo más importante es el centro de la cuestión. Creo que ya no me importa lo que pienses, lo que piensen y lo que pienso. Porque todo va a seguir igual. Como en una fotografía, el momento se captura, y yo creo que esto no es más que nada.


  Una duda, una incertidumbre que resta a ser dilucidada. 


Si existen los tréboles de cuatro hojas, uno no vendría mal.


Antes de que todo se vuelva antiguo, una reliquia, de tanto esperar sin actuar; algo debería pasar.
El movimiento, un susurro del viento,


una sombra bajo una hoja, la luz natural de la Luna.


 Solo queremos llegar al cielo. A través del movimiento, sin importar si debemos desenredar lo enredado, iluminar lo obscurecido.


  Siempre encontraremos estas huellas fantasmas a contraluz. ¿Serán de verdad? ¿Será la verdad?




  Es un espectáculo todo lo que se puede encontrar solo dando un paso hacia adelante. Yo di unos cuantos, y siempre me sorprendí de llegar a donde nunca supe que llegaría. Y sí, así es la utopía, uno camina tres pasos y la utopía hace cuatro, sigue alejándose, cada vez más. Como un arco iris.


  Caminante no hay camino, se hace camino al andar. Siempre para adelante, nunca para atrás. Hay que ir hacia arriba y seguir la luz. 


  Porque siempre, 
siempre, 



vamos a encontrar esos huecos de luz,
de esperanza, que nos recuerdan al pasado,
de aquellos tiempos dorados, que dejamos atrás,
olvidados, congelados.
A la espera que, ante una nueva mirada de nuestros ojos, 








podamos ver
aquello que vimos, 
aquello que vi.







  Te vi.
Escondido tras un árbol.
Caminando,
sonriendo,
aún hoy, y para siempre,
haciendo camino.
Al andar.

domingo, 16 de junio de 2013


Fin.
Suficiente, basta.


A otra cosa.

Quiero ser cambio. Seguir adelante. Sentir.
Si el mundo me pone a prueba, sigo caminando.
Si veo un obstáculo, lo salto. Como esas piedras que rebotan una y otra vez con el agua. Infinitamente.
C'est la vie.
Es un viaje eterno, rocoso, tortuoso, esto que llamamos vida.
Quiero creer algo mejor de mi, que puedo seguir, y aspirar a ser.
Sin fingir. Sólo quiero verdad. Nada más.
Quiero luchar por vivir lo que quiero vivir.
Conseguir lo que me hace bien.
Ser feliz, constantemente.
Pero si para llegar a esto tengo que sacrificar lo que creo.
Y más importante, lo que creo de mi,
ya no creo en nada de lo que me digas o hagas.
Pas aujourd'hui.
Jamais.
Lo mejor es hoy, y lo que está por venir.
Crece junto a mi. No pierdas tu imaginación.
Chist!
Se nos acaba el tiempo.



Se nos acabó.