jueves, 26 de abril de 2012



Cada vez que hablo contigo, mi corazón late como si fuera un trino.
Repetitivo, trémulo, palpitante, constante.
No lo puedo evitar, no se como parar este canto.
Ni querer hacerlo es mi meta.
No pienso ahuyentar este pájaro,
que por más que sea molesto y duela,
mi corazón no condena ya que lo deja pacífico y sonante.
Rimbombante, musical, apetitoso y voraz.
Cada vez quiere más de ese canto de un bello sonar,
no creo que seas capaz de interrumpir este hermoso repiquetear.
Melodía de los dioses, única y colosal, irrepetible y sin igual.
Hazme el favor de nunca detener al pájaro en su cantar,
por más de que te hartes o aburras, es lo que me hace respirar...

jueves, 12 de abril de 2012

Odio cuando uno tiene, pero no, quiere llorar.
Pero lo siente.
Pero tu, me haces llorar cuando necesito.
Y no, no es necesariamente de tristeza.
Y también, me haces reír cuando quiero.
Y cuando no. Y eso tiene algo de bueno.
Y yo se, que todo esto no te importa.
Porque no sabes nada de lo que yo sé.
Y no quiero eso que así siga pero no,
no voy a lograr que esto cambie de hoy para mañana
porque yo, soy así, de terrible, de despistada, de olvidada
que no puedo enfrentar
nada, ni exteriorizarlo, aunque
sé que confianza he ganado, 
y las cosas han cambiado tanto.
Y que no, eres así como pienso
en los peores de los casos.
Igualmente, en mi mente tu estas,
aunque crea que yo en la tuya ni figuro
 Mi genio es así y no cambiara hasta la sepultura.