martes, 16 de diciembre de 2014

Ya se termina el año.
Ya llega fin de año.
El año.
EL año.


¿Qué es lo que es un año si no es nada del más allá más que un conjunto de días que, dada la casualidad, son 365 días (o en la pura y más casual de las casualidades -cada cuatro años-, 366 días); que nos define, nos da una unidad de tiempo que nos hace creer que es todo muy borrón y cuenta nueva, muy hasta acá llegué, muy lo que no llegué lo haré el próximo año, muy "nos vemos el año que viene" faltando dos días para que eso suceda?

Un año es eso y nada más que eso. Una cantidad resoluta de días que definen que eso sí es un año, eso no es un año sino un año y medio, y así. 365 (366 con un poco de suerte) días en los cuales decidimos que hacer ese año, hacemos lo que tenemos que hacer, dejamos de hacer todas esas cosas, y colorín colorado, dar vuelta la página, se acerca el 31, llegan las 12 y........

Acá estamos nuevamente. ¿Cambio algo?



No, no demasiado, por ahí está un poco más fresco, corre el viento, se escucha la pirotecnia, pero no cambiamos.

Estos "años", unidad de tiempo que le da un poco más de sentido a la vida, siempre tan necesario, nos definen, Todo se cuenta en años, todo. En qué año fue... Hace cuántos años estás... Cuántos años duró... Años, años y más años. La vida se nos va en años.

Cada vez pasan más rápido y todo se vuelve cada vez más vertiginoso y turbulento al final de cada uno. Vienen los populares "a mí se me pasó RAPIDÍSIMO esta parte del año" (sí, como a todos) y "ya es diciembre, no falta nada para fin de año, se me pasó volando" (nuevamente, todos). Y así es como logramos darle algo de consistencia a los años, hagamos algo o nada, hagamos lo que hagamos algo es algo, para así cuando termina el año lograr decir "Este xxxx hice x cosa" ("¡Wow! Qué bien por vos, me alegro"). 


Innecesario, de más está decir, la desaprobación palpable en el ambiente cuando alguien no llega a cumplir los objetivos que se dispuso para ese año. ¿Para qué está el año siguiente si no es para eso? Para continuar el proceso de esto que se llama vida, que nunca para porque sea 31/12 del año que sea, ni porque toquen las 12:00 hs. de la noche, ni porque hagamos la cuenta regresiva hasta el "¡Feliz año nuevo!" Y nos abrazamos todos, y nos damos besos, y "ya se terminó el año y llegó el xxxx" y "qué rico el pan dulce". 


No, el año sí terminó pero la vida nunca paró, el planeta no dejó de girar y nunca gritamos STOP. Todo sigue igual, sigue girando, sigue moviéndose, y ese algo que hicimos va a seguir ahí del otro lado de la página del calendario; y ese algo que no hicimos también seguirá ahí.
Pero después de todo, algo hicimos. Además 365/6 días son muchos como para no hacer absolutamente nada... El tiempo pasa y sigue pasando, y la vida es viva y vivida.

lunes, 1 de diciembre de 2014



No sé cuál es el camino, para dónde ir, para dónde voy. Estoy como bola sin manija.
Quiero que todo termine, desaparezca y poder tener un poco de paz.
Harrrrrrrrrta. Rrrrrrrrevuelta. Demenciallllll.
Quiero derramar miles de lágrimas para sanarlo todo. Para cicatrizar la idea.
Puede sonar un poco loco, un poco exagerado. Un poco mucho. Pero nada de lo que pueda pensar ahora me cura. Nada me calma, ni la idea de un mañana tranquilo, ni nada.
¿Ya nada tiene sentido? ¿Qué es lo que hay más allá?
Pareciera como si estuviese corriendo atrás de un número y nunca fui así.
Basta.
5 letras, ¿estoy maldita?



Mirame y decime que no, que todo va a estar bien, que nada va a cambiar, que todo es pasajero pero siempre nos reencontramos, como debe ser.
Decime que es así, que es verdad, que me queres y que me extrañas, que soy buena y que puedo llegar. Decime la verdad. 
Dame fuerzas, coraje y yo te devolveré todo con la misma intensidad. Dame cariño, amor. Sin eso colapso, sin vos me apago.
Te extraño, ayudame a superarlo. Porque cada paso que doy me desequilibra, me tambaleo cada vez más y estoy próxima al colapso.
Ya no se qué es lo que me falta, qué hacer, qué dejar de hacer, es escalofriante, es estresante, es agobiante.









Ayudame porque ya no sé que hacer conmigo. Me estoy librando las peores batallas conmigo misma y estoy perdiendo. Me están diezmando día a día y me estoy quedando con las manos vacías.